Por Ricardo Bustos
Hay una realidad de la que no podemos escapar. Se nos vino todo encima y nos tapan los escombros. Crisis económica, política, educativa y obviamente social.
Es tan grave lo que está ocurriendo, que la dichosa grieta cada día nos separa más. Cuando el cuerpo tiene alguna infección, los Médicos nos aplican algún antibiótico según donde sea que esté localizada.
En Argentina, hay una mitad infectada que sabe de su problema, pero prefiere seguir corriendo riesgos sin medir las consecuencias, mientras que la otra mitad, la que toma antibióticos porque se prepara para no infectarse, está observando como se desarrollan los acontecimientos.
A este paso, de la manera y velocidad con las que se están dando, ya no habrá tiempo para ideologías, grietas o simbolismos fanáticos, porque no habrá, por qué o por quién pelear en este valle destrozado por la desidia.
Ya no se trata de oficialismo u oposición, Derecha o Izquierda, «todas o todes», porque el fondo de la olla no se puede rascar y no hay que ponerle.
Están destruyendo la mente de la juventud con música que roza lo pornográfico y letras que solo conducen a la vagancia, al no estudiar, a formar parte del triste y selecto grupo de los NI NI (los que no quieren trabajar ni estudiar) aunque sea gratis. Son votos y eso es lo más importante.
El resto, en medio de tanto fracaso humano, los sobrevivientes de una época hermosa dónde todo se hacía con sacrificio, esfuerzo y mucho respeto, algo que ya se ha perdido y con el, el futuro de muchas generaciones perdidas aún antes de comenzar a caminar por la vida.
Dios, nos proteja a todos… lo necesitamos quienes estamos en ambos lados de la grieta maldita fomentada por malditas y malditos ejemplares de la raza humana.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556